Nunca digas adios, di hasta pronto...
O nunca digas nunca más, que es casi lo mismo.
Ha pasado algo más de un mes desde mi despedida en este blog. Lo dejé por falta material de tiempo, en parte por mi nuevo horario laboral, en parte por otros proyectos. También influyeron en la decisión los comentarios desafortunados de algunas personas tanto dentro de World of Warcraft como fuera, personas sin mucho respeto por la creatividad de los demás o por la disponibilidad de tiempo para ciertas actividades.
He organizado muchas cosas en este lapso de tiempo y ha habido lugar para muchas esperanzas y proyectos interesantes, mas siempre ha habido un momento en el que se me ha ocurrido una historia, un detalle que me ha hecho coger la libreta y hacer lo que los escritores profesionales llaman "escritura de vaciado" para proseguir con las labores diarias.
Ahora creo que he llegado a echar de menos a toda esta cuadrilla de personajes...y a algunos más que irán surgiendo poco a poco de mi pluma si el tiempo lo permite. No me he podido quitar de la cabeza darle continuidad a sus andanzas, aventuras y desventuras, tal y como reza el título, disfrutar cada minuto que paso en su creación y participando de su desarrollo poco a poco, sin prisa, a fuego lento.
Por mi experiencia personal he acabado estando de acuerdo con aquellos que afirman que no se pueden poner puertas al campo, ni se puede evitar que los geranios florezcan por sí mismos. Algo así pasa cuando uno ha sido infectado por el virus de la literatura, aunque sea algo modesto como esta página, un proyecto sin mas pretensiones que pasar un rato entretenido o, como dijo Crowen más abajo, hacer de cada día un trocito de fantasía compartida.
Y ese comentario me llegó muy dentro. De algún modo, se fue filtrando hasta que algo hizo "clic" en mi cabeza. Creo que si mi labor creativa es capaz de arrancar una sonrisa o alegrar el día a alguien (Percontator, Magister..y algunos lectores anónimos que seguro que hay), entonces estaré haciendo de esto algo importante y bello, un pequeño obsequio lleno de gratuidad y gratitud, tanto para mí como para los demás. Y al final, eso es lo que importa en este caminito que todos compartimos.
Creo que si llegase el caso de que nadie más que yo leyese estas historias, aun así sería algo maravilloso y único, digno de ser realizado con dedicación y empeño, porque es una manifestación personal y única de lo que hago y me gusta hacer. Y esto también es importante, creo, para mí.
Por todo eso he vuelto a abrir este blog, condenado a la clausura definitiva en un momento de incertidumbre personal. No sé cómo me lo voy a montar esta vez ni si me quedará algún lector por ahí, pero si es así y me estás leyendo, estás de enhorabuena, porque El Cronista ha regresado y quiere quedarse.
Nos vemos por Azeroth
Me alegro mucho. Gracias por no rendirte. :D
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