
Al final, he retornado a lo único que sé hacer, que no es otra cosa que poner mi espada y mis talentos al servicio del mejor postor y vivir con ello.
Es por eso que me encuentro de nuevo en la fortaleza de Nethergarde. Se necesitan buenos mensajeros en este nuevo frente de batalla, jinetes rápidos capaces de traspasar los territorios ocupados por el enemigo y llevar órdenes y contraórdenes entre los oficiales, un trabajo que sé hacer.
Un trabajo que me alejará de mis demonios interiores y de mi pasado..
No hay comentarios:
Publicar un comentario