Debo llevar una misiva al Capitán Wilheim, que está acampado en algún lugar cerca del Portal Oscuro a la espera de órdenes. Tan sólo la mención de ese lugar maldito me pone el vello de punta pero no queda más remedio que ir hasta allá si quiero entregar este pergamino. Me juego en ello el prestigio de mensajera por estos pagos y no sería un comienzo nada alentador fallar en un envío.
El principal problema que tengo entre manos ahora mismo son los estúpidos ogros que se interponen entre yo y mi destino. Quizá podrían haber acampado en otro lugar, o yo haber tomado otra ruta, pero ya es un poco tarde para eso. Tendré que confiar otra vez en la rapidez de Sombrapico para salir de esta atravesando el poblado de esas criaturas antes siquiera de que reaccionen. Creo que no me han visto, así que regresaré sobre mis pasos hasta el lugar donde dejé escondida mi montura.
Abrise paso, esa es la primera clave de este negocio. Correr mucho, sin duda, es la segunda.
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