Regreso a casa (Diario de Zareba)


Regreso a casa. Mi viaje por el Sur no resultó tal y como esperaba. Al principio, todo iba sobre ruedas. Conseguí enrolarme en una compañia mercenaria que iba a realizar incursiones entre los trols de Tuercespina, cuya actividad había ido aumentando en los últimos meses. El trabajo era interesante, la paga decente y la camaradería no estaba nada mal para tratarse de los Mares del Sur.

 Sin embargo, tuvimos mala suerte: caímos en una emboscada en las profundidades de la jungla. Los condenados trols nos estaban esperando. Combatimos contra ellos, pero eran demasiados como para poder contenerlos, así que el Comandante ordenó la retirada. Los trols, alentados por sus hechiceros, utilizaron magia negra para aterrorizar a los hombres y capturarlos vivos. Un puñado conseguimos escapar de aquel lugar y vagamos por la selva días enteros hasta que logramos que se cansaran de perseguirnos. Una vez pudimos ver cómo llevaban a algunos a sus lugares de sacrificio, así que no esperamos que haya demasiados supervivientes. El humo de sus bárbaras hogueras y el rítmico sonido de sus tambores me perseguirán durante mucho tiempo en mis recuerdos.

En Bahía del Botín, nadie espera encontrar restos de ninguno de los miembros de la compañía. Tengo suerte de estar viva y no entre los trofeos de alguna cabaña trol. Regreso a casa, a bordo del navío Fuerteviento, en el cual he hallado trabajo como grumete para pagarme el pasaje. Cuando llegue a Ventormenta, estaré sin blanca, pero seguro que me las apañaré para salir adelante.

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