El campo devastado (Diario de Zareba)

De pie, en medio del humo de los campos devastados, miro el rostro de mi enemigo agonizante. Las llamas de los incendiados viñedos prenden en las resecas viñas y las hacen arder como teas. Este año, no habrá cosecha en Villanorte. Ni tampoco el próximo.

El enemigo cayó sobre estas tierras como una oscura marea, asesinando a las mujeres y los niños que se refugiaron en el campo creyendo que era un lugar seguro y fueron a parar a manos de sus inmisericordes verdugos.

Ante el cuerpo de uno de ellos, me lleno de tristeza. Lloro por todos los que hoy no podrán llorar, lloro por todos los que dieron sus vidas y por los que todavía deberán caer.
Me limpio las lágrimas con la manga y mi cara se cubre de manchones de hollín. Aprieto fuertemente los dientes, tratando de recomponer mi ánimo. Soy una Báldrek. Nadie me verá llorar.

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