La ciudad es un hervidero de actividad. Por doquier hay grupos de guardias y gente
nerviosa. Viniendo hacia aquí en grifo ví una especie de comitiva religiosa. Vestían togas moradas e iban entonando himnos a su paso, pero estábamos demasiado altos como para oir lo que cantaban.
En cualquier caso, su presencia en la ciudad parece estar de algún modo ligada al contenido de mi mensaje para el Rey, pues al parecer han aparecido casi al mismo tiempo que los elementales en los Páramos. A lo largo del día he escuchado historias acerca de misteriosos ataques por parte de criaturas elementales en diversos puntos del país, así como relatos de desapariciones de civiles.
No se en qué acabará esto, pero cada vez me gusta menos.
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