Regreso (Diario de Gnaamesh)

De repente, un millar de agujas de dolor torturan mi carne más allá de los puramente físico, minetras el frío helador amenaza con hacer estallar mis huesos en mil pedazos. El dolor es insoportable y grito con todas mis fuerzas. Es un aullido espantoso, más allá de la capacidad humana, cuyos ecos atraviesn diferentesplanos de existencia, atrayendo a las condenadas criaturas del abismo como si fuersen polillas que se dirigen a la luz hipnotizadas por su resplandor y su calidez. Hambrientas de almas...

El alarido hace estallar las fronteras entre espacio y tiempo, entre el aquí y el ahora, llenando el vacío con una mezcla de éteres extraños, saturados de olores, sabores y texturas ultraterrenos. Después, sobreviene el silencio absoluto, acompañado por una sensación de gravidez total.

Una voz rompe el silencio. Es una voz rasposa y astillada, que penetra en mis oídos como un cuchillo afilado. Dolorosamente afilado.

- Ya está aquí - dice la voz -
- Buen trabajo Aemos - responde otra voz, esta con un toque femenino - Dejémosle decansar hasta que se acomode a su nueva condición. Pronto deberá volver a servirnos
- Si, Señora, se hará como deseas-

Intento moverme, pero mis miembros pesan demasiado. Luego sobreviene la oscuridad.

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