Un trabajo urgente

La brisa nocturna traía del bosque una mezcla de olores llena de matices no muy agradables, mientras dos voces cavernosas conversaban el el interior del derruído mausoleo.

- ¡ Vamos ! ¡ Hay que darse prisa ! ¡ Este despojo deberá estar en pleno funcionamiento esta noche ! - comentó una de las figuras con voz autoriaria y desgarrada -
- ¿A qué viene tanta prisa ? - respondió su ayudante - A fin de cuentas, no se va a mover de su sitio...
- Ya, pero el Caballero Muerto que lo trajo fue muy explícito al respecto. Si este no regresa, nos partirá los huesos y esparcirá nuestro tuétano por el camposanto.
- ¡ A mi me gusta mi tuétano ! - exclamo aterrorizado el ayudante mientras retrocedía levemente -
- Pues entonces ya sabes lo que hay que hacer, craneo estúpido. ¡ A trabajar !

El Renegado miró el cuerpo destrozado que yacía dentro de aquel saco y reflexionó sobre lo que había ocurrido el día anterior. Un Caballero de la Muerte había aparecido en la Villa montando un fastuoso corcel. El aura de maligno poder que parecía emanar del desconocido marchitaba las ya de por sí decrépitas hierbas bajo los cascos de su montura. Mirando a través de la cimera de su ornamentado yelmo, permanecíó inmóvil ante la puerta del Concejo, hasta que el alcalde de la Villa salió a recibirle, momento en el cual dejó caer un saco al suelo, con un crujido de huesos rotos.

Tras mantener una breve conversación con el alcalde, el Caballero Muerto se marchó por donde había venido, dejando el saco en manos de la guardia de Rémol. Cuando abrieron el saco, encontraron los restos destrozados de un desconocido. Unos restos que había que reanimar a toda costa..

- No, no querría termina como él - continuó el Renegado para sí mismo, mientras depositaba los restos ordenadamente encima de la mesa -
- Pues ya sabes lo que debes hacer. El Caballero fue muy explicito en sus instrucciones. Este despojo deberá ser reconstituido y reanimado cuanto antes. Sea quien sea, debe ser alguien importante..o al menos, lo era antes de que lo machacasen a conciencia.

- ¿Y si no regresa ? -pregunto el ayudante con voz temblorosa - ¿Y si no quiere retornar a la vida ? Está muy destrozado y no creo que desee volver en este estado. Y en ese caso, ya sabes lo que nos ocurrirá.

- Sí.- dijo el primero, mientras recolocaba caba brazo en su posición - Por eso debemos trabajar a conciencia y sin perdida de tiempo. Por cierto...
- ¿Qué? - respondió el ayudante con un deje de miedo en su voz -

- ¡ Haz el favor  de centrarte en tu tarea ! Ese hueso es el occipital, y va en la nuca, no en la frente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario