No me gusta el repentino silencio que se ha hecho de repente a mi alrededor. El maldito sendero sigue interminable por entre los árboles de Vallefresno y el silencio tan sólo es roto por los jadeos de mi montura, cansada de tanto ir y venir. No es normal, pienso mientras saco mi arco y pongo una flecha de la aljaba. Al menos, debería poder oír a los pájaros en las ramas, pero lo único que llega a mis oídos es el sonido de mi respiración.
Los minutos transcurren y no pasa nada. Si hubiera elfos por los alrededores, ya estaría muerto con una flecha en el gaznate. Guardo mi arco y monto de nuevo. Cuanto antes lleve este dichoso mensaje a las tropas de vanguardia, mejor que mejor. Estos bosques me ponen demasiado nervioso..
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