Mi querida niña Zareba:
El Valle de los Reyes guarda las antiquísimas rutas de Dun Morogh, como antesala a Loch Modan. Aquí sirven orgullosamen te al Rey los enanos montaraces en los innumerables puestos de montaña dispersos a lo largo y ancho del camino que cruza estos parajes, protegiendo la entrada a nuestro querido reino bajo la montaña de Forjaz.
Mi labor está consistiendo ahora en ayudar a los guardias del camino en sus tareas de patrulla. Dado mi bajo nivel de entrenamiento, esto sólo supone combatir a los asquerosos Troggs de las colinas y a los bandidos Kóbolds y evitar que asalten a los mercaderes. Parece que aquí todo el mundo se dedica al pillaje, a juzgar por la cantidad de estas alimañas que ha tenido que neutralizar estos últimos días.
Esto me ha servido para ganarme un pequeño permiso de estancia en Forjaz, lugar a donde voy a ir en cuanto acabe mi turno de guardia. Me gustaría mucho volver a verte, aunque supongo que andarás liada como de costumbre. Al menos, contéstame a alguna carta si tienes tiempo.
Que tus barbas crezcan largas y lozanas (es un decir),
Morgrimm Báldrek
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