Estos bosques élficos me ponen nervioso. Los árboles crecen apretados y en las altas copas las hojas se mueven de manera cons tante, mientras el aire trae las notas de las arpas de los elfos, enemigos deseosos de acabar con la vida de un explorador orco si se presentase la ocasión. Sería una pena morir en mi primera misión.
A pesar de haberme alejado tan sólo un par de millas, el Puesto del Hachazo me parece ahora un lugar muy lejano, custodiado por nuestras fuerzas pero demasiado lejos como para escapar de una emboscada desde la floresta.
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