La recuperación de las heridas sufridas en el asalto de los elementales a la ciudad ha sido lenta, mas ya creo que estoy prácticamente curado. Tener la recia constitución física de un enano ayuda en el proceso, desde luego. Han pasado ya muchos días desde que toneladas de piedra y madera decidieran comprobar el grado de resistencia de mi cuerpo, pero los moratones todavía adornan mi piel, como un recuerdo de lo cerca que estuvo el fin de Morgrimm Báldrek.
Hoy es el primer día que salgo a la calle desde aquello. Tengo ganas de ver si han comenzado las obras de reconstrucción de la ciudad. Me han dicho que el dragón hizo temblar los cimientos de Ventormenta como si fuera un flan de crema. Casi siento lástima de habérmelo perdido..
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