Los enanos se han tomado muy en serio la misión de la búsqueda de sus auténticos orígenes. Tan en serio como la cerveza, la minería o la herrería, lo cual dice mucho de la locura que parece haberse apoderado de mis barbudos primos, que no son conocidos precisamente por su facilidad de palabra con los extraños, al contrario que los gnomos, que siempre hemos tenido buenas relaciones con todos y nos encanta cualquier conversación que aporte un mínimo de conocimientoa nuestras ilustradas cabezas.
Gracias a todas esas circunstancias, los enanos de Forjaz se han embarcado en una serie de misiones de búsqueda en todos los lugares de Azeroth y se les puede encontrar a lo largo y ancho de todo el mundo, siempre dispuestos a explorar y registrar cualquier rastro de lo que pudiera significar para ellos un vestigio de su pasado perdido en el tiempo y la leyenda. Tanto se lo han tomado en serio, que hasta han construido una enorme biblioteca en los archivos de la Liga de Expedicionarios de Forjaz, anexa a un rico museo dotado de todo tipo de piezas y especímenes obtenidos en los más remotos lugares. Ahora sólo les falta saber catalogarlo todo de una manera eficaz, tal y como haríamos los inteligentes gnomos, pieza por pieza y con etiquetas identificativas lo más precisas posibles, para que nadie pudiera llegar a equivocarse acerca de las propiedades y funciones intrínsecas de aquello que está siendo estudiado. Yo, incluso las escribiría en tres idiomas. Sólo por si acaso.
Me gusta este sitio. Creo que pasaré una temporada estudiando la fauna y flora de Azeroth.
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