La familia es algo muy importante si se quiere progresar en la vida. Es el apoyo constante y el refugio cuando las cosas no van como debieran ir.
Al menos, eso es lo que son las familias convencionales, claro.
Las familias gnómicas son, bueno, un poco menos convencionales que el resto. Nuestra naturaleza nerviosa y precisa hace que nos enzarcemos en largas y enrevesadas discusiones acerca de los detalles más nimios, aportando pruebas y refutando argumentos durante horas y horas si es preciso. A veces, sólo a veces, días. Bueno, incluso meses...o años..
En cualquier caso la familia es todo lo que tienes, así que más te vale estar cuando hay que estar..y desaparecer cuando más conviene, claro. Cualquiera con un cociente intelectual gnómico lo sabe, pero a los forasteros les resulta, cuanto menos, algo curioso.
Mis primos hermanos por parte de mi hermana han decidido que ya está bien de que yo ande por ahí sin tener ni idea de ingeniería, así que me están dando clases aceleradas de la más pura gnomoingeniería, tanto si quiero como si no, pues dicen que es una deshonra para la familia el andar por este mundo sin los conocimientos de los que hace gala nuestra raza y que la magia está muy bien, pero que no es lo mismo. Se lo han tomado muy, muy en serio, así que no me queda otro remedio que intentar aprender todo lo que pueda en el menor tiempo posible si quiero marcharme.
La cadena en el cerrojo debería haberme dado alguna pista, pero andaba yo pensando en otras cosas..
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