Cruzar el Portal Oscuro hacia Terrallende es probablemente una de las cosas más absurdas que haya hecho en toda mi vida. Han pasado ya varias semanas desde que llegué a este lugar y no hay ni rastro del capitán Willheim. Lo último que se supo de él era que marchó hacia el Bastión, la fortaleza de la Alianza en plena península infernal, mas allí tampoco saben nada, salvo que partió con órdenes secretas a un sitio llamado la Marisma de Zangar.
Este lugar es realmente espantoso, una tierra devastada por energías infernales y cuyas tremendas heridas, bien visibles desde el aire, no parece que vayan a cicatrizar nunca. En cuanto pueda entregar el mensaje me marcho de aquí para no retornar nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario