Volví a presentarme ante el Comandante de las Espadas, dispuesta a reencontrarme con mi pasado. Un escudero me hizo saber que en esos momentos no se encontraba en la ciudad y que dejase una carta de ingreso. Esperé pacientemente, alojándome en La Rosa Áurea como antaño hiciera tantas veces. Estaba cansada de huir de mí misma y ya no me importaba que me rechazaran por haber dejado el cuerpo. Tenía que intentarlo y, si así debía ser, partiría con la cabeza muy alta...
Sin embargo, mis temores fueron infundados y fui recibida con la mayor de las alegrías por mis antiguos camaradas de armas, sorprendidos por el inesperado regreso. Hubo formalidades y abrazos y de nuevo sentí ese vínculo especial que había sentido anteriormente entre la soldadesca y con los mandos.
Las instalaciones de las Espadas de Wrynn han vuelto a ser mi hogar. De nuevo luzco el emblema, dos espadas de plata cruzadas sobre fondo azur con ribete de oro. Colores que llevaré con orgullo. Colores que no destiñen.
Si tenía alguna duda, nada mas leer este nombre sabía de quién eran estas letras :)
ResponderEliminarMe alegro haberte reencontrado gracias a la pluma, espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse gracias a la espada.
Crowen en la horda.
Drakaris, Lobasombra en la Alianza.
Sed bienvenida, lady Crowen
ResponderEliminar¡ Me alegro un montón de veros !!