Libertad (Diario de Grumnkko)

Libertad. Es sentir el aire seco azotando mi rostro y poder ir adonde me plazca, sentir el frío de la noche y la luz del amanecer sobre las altas montañas. Es notar la tierra firme sobre mis pies y recorrer la llanura detrás de los rebaños de kodos, siempre en movimiento, durmiendo cada día en un lugar diferente, bajo el cielo cubierto de estrella o iluminado por la luna.

Los orcos deben ser libres, pero la libertad de nuestros ancestros, ganada con honor en largos campos de batalla ha venido a menos. En las ciudades, los jóvenes orcos engordan en las tabernas y burdeles, lejos de los ideales que nos marcaron como raza en exilio. Cada vez más de los nuestros viven como los goblins, sin el honor de la batalla bien ganada, encandilados por el perfume y el lujo de la civilización, lejos de las enseñanzas de nuestros antepasados. Las ciudades se llenan de orcos que viven como los humanos, ajenos al ardor guerrero que debería correr por sus venas.

Por eso vivo como un nómada, para evitar quedarme estancado en una existencia sin sentido para los orcos, porque creo que, algún día, un nuevo jefe alzará el estandarte y volveremos a ser dignos de empuñar las armas para rendirles el honor que se merecen, en vez de estar arrinconadas en un rincón cogiendo polvo y herrumbre. Un día, los orcos retomarán su senda, y descubrirán que son libres.

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