Intrigado por la presencia de los invasores humanos en el Bosque de Argénteos, decidí acercarme hasta la región circundante a Trabalomas. No fue nada fácil esquivar a los malditos magos de Dalaran que se dedican a vigilar el camino principal, aunque fue divertido. Al menos uno de ellos, un mozalbete inexperto que mandaron a buscar hierbas por el bosque, no regresará nunca a su campamento base. Es curioso cómo la carne de un joven mago responde ante un hechizo de corrupción. Quizá tengamos aquí una nueva línea de investigación a seguir en el futuro...
En cuanto a Trabalomas, mis sondeos mágicos me han revelado que la población como tal no parece haber estado involucrada en la invasión del bosque, pues se trata de simples campesinos dedicados al cultivo de la vid, aunque quizá sus magistrados sí lo supieran. De nuevo, mi presencia no pasó inadvertida y tuve que escabullirme entre los campos, llegando hasta Tarren.
Creo que me quedaré una temporada por aquí, pues esto promete ser divertido. No veo la hora de comenzar a sembrar el terror a Trabalomas...
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