Fuego elemental (Diario de Zareba)

Me levanté de la mesa de la cantina en cuanto escuché los gritos de alarma. Acababa de haber un temblor de tierra y todo se había movido, así que pensé que podría haber víctimas. Sin embargo, cuando salí afuera me dí cuenta de que no estaba preparada para la escena que se desarrollaba ante mis alucinados ojos.

A medio camino entre la Torre del Centinela y la cantina se había abierto una especie de grieta, de la cual salían llamas. Entonces me percaté de un hecho que me erizó los cabellos de la nuca: las llamas estaban vivas y se movían en pos de los centinelas, que huían aterrorizados por la colina.

El Capitán daba órdenes a gritos, mientras los hombres cogían cubos y otros recipientes para apagar las llamas. Algunos desenvainaron instintivmente sus inútiles espadas, mientras que otros quedamos sumidos en el estupor del momento, paralizados mientras nuestros adormilados cerebros asumían lo que estaban viendo.

De repente, le grieta desapareció con un fuerte sonido de succión y las ígneas criaturas le siguieron. Tan sólo quedaba en el aire el olor del humo y el crepitar de las llamas en la hierba reseca de la colina.

He sido enviada a Ventormenta a informar de lo sucedido en la Colina del Centinela. Debo avisar de que algún tipo de hechicería elemental desconocidad está atacando a nuestras fuerzas. Quién está detrás de todo esto y por qué, lo ignoro, pero me da muy mala espina.

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