Han pasado muchas cosas. Inesperadamente, nuestro sanguinario acechador dejó de atormentar al campamento. Al principio, ignorábamos las razones que habían llevado al demonio a cesar en su cacería, aunque ¿quíen sabe lo que pasa por sus diabólicas mentes? ¿Quién puede asegurarnos que no volvería de nuevo a dar caza a orcos fuertes como árboles?
Después, comenzaron a llegar poco a poco las tropas desde los Baldíos, trols y elfos de sangre sobre todo, procedentes de todos los rincones de Kalimdor. El Puesto del Hachazo volvía a estar operativo y las fraguas volvían a rugir con el temple del acero. Nadie nos explicó la razón de la tardanza..y los que estábamos allí no teníamos ganas de preguntar. Bastante habíamos hecho con mantener vivas las hogueras.
Las sucesivas ofensivas comenzaron a los pocos días. De pronto, había una apremiente necesidad de retomar el Ala de Plata como punto estratégico, aunque el objetivo final era aplastar la villa de Astranaar. Paricipé en algunas de las primeras incursiones en el bosque, pero estábamos demasiado debilitados por las penurias y no pudimos alcanzar el objetivo. Gronfást y Murguo cayeron mientras huíamos de las flechas de las centinelas. Una lástima, pues eran unos buenos verdosos.
Así pues, fui destinado a labores de vigilancia y de caza, tareas para las que estoy bastante dotado y en las que tengo la prática de la experiencia, dejando a los mejores las ofensivas posteriores. Entonces llegaron los refuerzos de la Alianza, los humanos venidos del otro lado del mar para ayudar a los elfos de Vallefresno. Las escaramuzas se volvieron algo más cotidiano, dando paso progresivamente a una guerra más al uso.
Ayer capturaron a uno de los generales, una presuntuosa elfa de sangre llamada Illessia, rápida y despiadada como sólo uno de su raza sabe serlo. He oído que le cortaron la cabeza para llevarla como trofeo a Astranaar. No es que sienta mucho aprecio por los rosaditos elfos, pero desde luego será la mecha de una escalada de violencia y sed de venganza en Vallefresno como no ha habido otra en mucho tiempo. Muchos vendrán a este lugar y la sangre de nuestros enemigos empapará la hierba.
Por una parte, me alegro del reinicio de los combates.
Por otra, temo a los Demonios del Abismo que serán atraídos por la sangre vertida en este lugar..
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